06 La llenura del Espíritu

El don del Espíritu Santo es la segunda bendición prometida a los que creen, se arrepienten y se bautizan. Otro estatuto del Nuevo Pacto es que Él enviaría su Espíritu para que esté con nosotros Y EN NOSOTROS para siempre, Jeremías 31:33-34, Ezequiel 36:26-27, Juan 14:16-17, Tanto Jesús como el Espíritu Santo son personas IMPRESCINDIBLES para poder cumplir el Nuevo Pacto en nuestras vidas.

PERO, ¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?

¿Qué me hace a mí una persona? ¿Mi cuerpo? ¿Has visto el cadáver en el ataúd de un funeral? ¿Estabas viendo a una persona? No, estabas viendo un cuerpo muerto. Mi cuerpo no me hace una persona. Estas manos, este rostro, no me hacen a mí Samir. Lo que me hace Samir es lo que soy por dentro: ¿cómo son mis sentimientos? ¿Mis emociones? ¿Mis pensamientos? ¿Son pensamientos de bien o de mal? ¿Mi voluntad? ¿Mis sueños?

De la misma manera, el Espíritu es una persona porque tiene sentimientos, emociones, pensamientos, cosas que le gustan, como cuando Sus hijos aman la integridad más que deleitar a su carne, Job 36:21, cosas que le disgustan, como cuando Sus hijos dan rienda suelta a sus deseos pecaminosos, tiene Voluntad propia y tiene sueños los cuáles ha prometido revelar a los jóvenes de hoy en día, Joel 2:28, aunque no tenga un cuerpo físico, aunque sí puede tomar formas físicas, como cuando tomó la figura de una paloma en el bautizo de Jesús, Mateo 3:16, Marcos 1:10, Lucas 3:22, Juan 1:32. Pero el Espíritu es mucho más que un pájaro que vuela en el espacio capaz de darte la experiencia pentecostal. 7 Lámparas de fuego ardiente, Apocalipsis 4:5, aceite, agua, una paloma, una nube, luz, viento y muchas más, son solamente símbolos descriptivos usados para dar a conocer al Espíritu Santo, tal como Jesús no es un cordero literalmente pero se le simboliza así en el Apocalipsis. El Espíritu no es una brisa celestial o una nube gaseosa flotando dentro y fuera de tu vida. Él es Dios en nosotros. Somos templo del Espíritu, 1Corintios 3:16-17, 6:19, Juan 14:17b, 23b.

Dios también es omnipresente a través de su Espíritu, Salmo 139:7-16. Quiero recalcar esto: Dios, al mismo tiempo que está dentro de nosotros, Juan 14:17 también está alrededor de nosotros, Hechos17:28a. Él es Omnipresente. ¿Ahora entienden por qué Dios puede revelarse o manifestarse poderosamente a través de una persona? Porque Él está DENTRO de ésa persona, Él está dentro de mí y Él está dentro de ustedes si hemos recibido la salvación. El Espíritu puede hacer conocer su presencia mediante formas corporales, y aún permanecer sin limitaciones y totalmente omnipresente. Él a menudo se revela a sí mismo mediante forma humana y otras características humanas para que podamos entenderlo, Isaías 30:27b, 66:4b, Éxodo 31:18b, 33:23, Salmo 77:19. Dios no se revela a sí mismo SÓLO como un espíritu invisible. En cualquier momento, Él puede revelar su Presencia y mensaje mediante cualquier forma que Él escoja, BENNY HINN, Buenos Días, Espíritu Santo, Editorial Unilit, primera edición, Colombia 1990, pg56, 86-87, 90.

Por ejemplo, ahorita Dios podría estarse revelando a través de mí, a través de este mensaje. Por eso es necesario recibir mensajes de parte de gente de Dios, porque en el momento menos esperado, ¡Bam! Dios visita a su pueblo con pan, con Su Presencia, Rut 1:6, y si tú justo no estabas porque te saliste del servicio para comer pan físico, o por la prueba que está pasando la Iglesia decidiste irte, ¡Bam! te perdiste la visitación sobrenatural del Altísimo, Rut1:1.

El Espíritu tiene voluntad propia. Tiene una mente propia diferente al del Padre y del Hijo. En la repartición de los dones espirituales, es el Espíritu quien toma la decisión, no el Padre ni el Hijo, 1Corintios 12:11, Hechos 2:4, aunque sus decisiones siempre están en armonía con las del Padre y las del Hijo. ¿Cómo pensar que Dios no puede regalarte para tu cumpleaños o para Navidad una visitación sobrenatural de Él que te tocará hasta lo más profundo de tu ser y que te cambiará que nunca más serías igual? BENNY HINN, Buenos Días, Espíritu Santo, Editorial Unilit, primera edición, Colombia 1990, pg85.

NO CONTRISTÉIS AL ESPÍRITU SANTO

Muchos piensan que el Espíritu es un viento, pero no lo es. El viento es invisible pero tú no lo puedes aquietar, pero al Espíritu Santo sí, Zacarías 6:8. El Espíritu es una persona que responde a tus deseos. Tú le puedes decir que se esté quieto y Él lo hará. El Espíritu es un caballero. Él no entra en tu cuarto hasta que lo invites, Él no se sienta a tu lado mientras no se lo pidas y Él no te habla hasta que tú le hables a Él.

Tú no puedes resistir el viento, el aceite, o a una paloma que se va volando. Trata de pararte frente al viento y éste pasará por tu lado. Pero puedes resistir a una persona –y eso ES el Espíritu Santo. En realidad puedes impedirle obrar, Hechos 7:51, Mateo 23:37. En reuniones públicas, el Espíritu ha estado a punto de hablar y entonces se callaba por alguna manifestación carnal. En tales momentos sagrados, el Espíritu se retira. Si tú no quieres, Dios no te tocará; saldrás de aquí tal como entraste.

Cuando hieres a un niño éste se alejará de ti; cuando amas a un niño, se sentirá bien cerca de ti. Así podemos acercarnos a Él. Como un niño, Él siempre desea estar muy cerca de quienes lo aman. ¿Has visto a un niñito asido de la falda de su mamá o los pantalones de su papá? Dondequiera que van los padres, el niño se agarra de ellos y los sigue. Es una señal segura de que los niños son amados y cuidados. Así podrás hacer para que el Espíritu Santo acompañe tu ministerio:

¡“No contristéis al Espíritu Santo de Dios”, Efesios 4:30a! La palabra griega que aparece en este pasaje que se traduce en “contristar” es loopa, que significa sentir dolor corporal y mental, sufrir angustia física y emocional. En el Espíritu, el dolor opera a nivel emocional. Él TIENE emociones y sentimientos profundos que le permiten contristarse y amar, Romanos 15:30. Su corazón PUEDE ser tocado. ¿Te puedes imaginar que se pueda amar sin emoción?

En ningún lugar de la Escritura hallas las palabras: “No contristéis a Dios el Padre”, o “No contristéis a Dios el Hijo”. Pero a través de la Biblia tú encuentras “No contristéis al Espíritu”. La persona del Espíritu es distinta en la Deidad: Él es sensible, Lucas 12:10. Se hiere fácilmente. El Espíritu no es uno que pelea. Él es uno que ama. Si lo resistes, se va. No es como Satanás, que Santiago 4:7 dice que “huirá” de ti cuando lo resistes. El Espíritu no huirá en temor, sino que se irá de tu presencia con el corazón herido. Si es contristado, gentilmente se retirará. Si es apagado, silenciosamente se irá. Qué trágico es pensar que podemos enojar, Isaías 63:10, o callar a una persona tan amante.

Pero lo hacemos con nuestra ignorancia y rebelión. “No apaguen el Espíritu”, 1Tesalonicenses 5:19. Dale gracias que te sientes mal, porque es señal que tienes al Espíritu, el anticipo de la herencia que Él dará a los suyos, Efesios 1:13b-14. Si dejaras de sentirte mal, significa que el Espíritu dentro de ti se ha apagado, y eso es peligroso. El Espíritu sigue dentro de ti, pero está apagado: andas por el mundo como un cristiano tibio indiferente ante Dios y Su Palabra, y Apocalipsis 3:16 dice que los tales serán vomitados por la boca del Señor. Así que no apaguen al Espíritu. ¿Cómo se le puede apagar al Espíritu? Primero se le contrista, con nuestro pecado, y luego de contristarle una y otra vez, ya demasiadas veces, el Espíritu Santo se apaga. Es lo que sucede cuando en nosotros, por algún tiempo, un pecado nos molestaba, pero luego ya no nos molesta más. Decimos: “no, no es tan malo fumar”, “no es tan malo tener relaciones sexuales antes del matrimonio”. Ya no le vemos nada de malo, y ahí es cuando el Espíritu ha sido apagado, porque ya ni nos hace sentir mal, cosa que sí hacía cuando recién empezamos a pecar en eso. La presencia del Espíritu Santo en su vida lo lleva a reconocer diariamente su pecado, si en algo aún ofende a Dios, y lo lleva a la necesidad de convertirse de corazón en toda área, cambia de actitud en esa área que flaqueaba; porque el deber del Espíritu Santo es perfeccionarnos, hasta el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva, Filipenses 1:6. La santidad se produce en nosotros por la obra del Dios de paz, 1Tesalonicenses 5:23. Él santifica todo nuestro ser: Espíritu, alma y cuerpo.

Pecar contra el Espíritu es peligroso, Hechos 5:3-5, 9-10. Creo que el pecado más grande contra el Espíritu es contristarlo, lo cual incluye negar su poder y Presencia. Buscando su Presencia, descubrirás el secreto de los grandes hombres y mujeres de Dios. David suplicó: “¡No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu!”, Salmo 51:11.

Él sabía muy bien lo que pasó con Saúl cuando el Espíritu lo dejó: Saúl se volvió loco, criminal cuando el Espíritu lo dejó. ¿Qué haremos si el Espíritu nos deja? El enemigo acaba con nuestra santidad y nuestra integridad si nos quedamos 1 segundo sin el Espíritu. ¡No descuiden su vida de oración ni su comunión con el Espíritu, Apocalipsis 6:5-6: Cuando el Cordero abrió el tercer sello… Oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: "…no dañes el aceite y el vino."

El aceite representa a La Unción del Espíritu, y el vino representa la Sangre de Cristo. ¡Para éstos días es la amonestación “No contristéis al Espíritu Santo, ni pisotees la Sangre de la Gracia con el pecado”, Hebreos 10:29! Para los últimos días, la oración y la llenura diaria del Espíritu es lo que te permitirá NO quedarte el día del Rapto ni perecer juntamente con los impíos, Mateo 24:13,32-51. Quienes lo aman y no lo contristan conocen su Poder y Presencia. Él es como un niño, pero al mismo tiempo es MUY poderoso, BENNY HINN, Buenos Días, Espíritu Santo, Editorial Unilit, primera edición, Colombia 1990, pg59, 62-65, 81, 85, 91-92:

EL ESPÍRITU ES EL PODER DE DIOS

Dios, el Espíritu Santo, era el poder de la creación, Génesis 2:7, Job 33:4, Salmo 104:30, Job 26:13. Él es el poder fuerte que sientes, Miqueas 3:8. Él fue quien dio a Moisés el poder para liberar a Israel. Él era la fuerza detrás del viento que dividió el Mar Rojo, Isaías 63:11-12, Él era el poder en la vida de Josué, la fuerza poderosa que derrumbó las murallas de Jericó, la energía detrás de la piedra con que David venció a Goliat;

El poder en la sombra de Pedro que sanaba a los enfermos, el poder en la vida del apóstol Pablo que le permitió soportar el sufrimiento. El Espíritu era la fuerza en la vida de Samuel, de Elías –y de Cristo el Señor- y hoy en día, el mismo Espíritu quiere continuar la obra del Hijo CON NOSOTROS. ¡Sólo mira la historia: Cada gran avivamiento fue acompañado por una revelación del Espíritu Santo! Él es poseedor de TODO PODER, Lucas 1:35, es Omnipotente y nadie le puede ganar.

Así que nadie nos puede ganar si Él está con nosotros. El Espíritu nos mueve a testificar, primero a nuestras familias y luego al resto del mundo, Hechos 1:8. Cuando estamos llenos del Espíritu no hay temor, 1Juan 4:18, 2Timoteo 1:7: En Hechos 4, el Sanedrín, el gobierno de Israel, que dispuso a Jesús a morir, ahora juzgaba a Pedro y Juan por hablar de ese mismo Jesús. Por miedo a esas mismas autoridades, Pedro juró ni siquiera conocer a Jesús. Pero en esta ocasión, Pedro, “lleno del Espíritu”, Hechos 4:8, acusó a sus acusadores de asesinar al Mesías prometido por Dios. ¿Era éste el mismo Pedro que, hace pocas semanas, en el mismo lugar, ante el mismo tribunal supremo de los judíos, negó a su Maestro? Donde otros sólo habrían visto el gran peligro en que se encontraban, Pedro vio y aprovechó la oportunidad de enseñar la verdad de Jesús al mismo grupo que lo envió a la muerte. Si fue peligroso acusar a la gente de la muerte de Jesús, Hechos 2:36, mucho más lo sería acusar a sus autoridades, Hechos 4:10.

Hechos 4:13, sin duda, notaron en los apóstoles el aura especial que habían ya tratado de romper en Jesús: la paz, la confianza, la imperturbabilidad, la seguridad y valentía con que hablaba, la claridad con que comunicaba el mensaje de Dios y la fuerza interior que se manifiesta cuando uno es guiado por el Espíritu. Un silencio penoso y desagradable pesó sobre el Sanedrín, porque nadie podía contradecir a Pedro, ¡nadie podía negar los milagros que acompañaban a la predicación del Evangelio, Hechos 4:14, 5:12!

El resultado de las señales que siguieron a la venida del Espíritu fue la salvación de almas, Hechos 5:14. El poder y autoridad que los apóstoles recibieron comenzó a tocar vidas a cada paso. El Espíritu da tremenda autoridad a quienes se llenan de Él. Las palabras de Pedro y las acciones de Dios eran tan contundentes que “vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron”, Hechos 5:5b. ¿Te das cuenta que el Espíritu puede llenarte de tal manera que no le temas absolutamente a nadie?

Es posible establecer tal comunión con Él, que aún acusar al líder de una nación de sus pecados no causa ningún temor. Ya no era Pedro, “el tímido”, era Pedro, el valeroso. ¡Qué diferencia entre el arrepentimiento de Pedro y el de Judas Iscariote! ¡Qué cambio hizo el Espíritu! Sacó el predicador que había en él. Pero, ¿quién dio las palabras? El Evangelio es predicado por el Espíritu Santo, 1Corintios 2:4, 1Tesalonicenses 1:5, 1Pedro 1:12. Debemos evangelizar en el Espíritu. Marcos 1:22, ¿por qué Jesús sí tenía autoridad al enseñar la doctrina, y no así los escribas? Porque Jesús enseñaba desde el corazón (en Espíritu), amaba a la gente a la que le predicaba, estaba 100% convencido de cada palabra que salía de sus labios, tenía las motivaciones correctas al predicar, Filipenses 1:15, y sobre todo, VIVÍA lo que predicaba. ¿Llenos del Espíritu? ¡Llenos de poder! BENNY HINN, Buenos Días, Espíritu Santo, Editorial Unilit, primera edición, Colombia 1990, pg57, 61, 69, 75; EL CRISTIANISMO EN MARCHA, pg14-15.

¿Tienes miedo de algo? No deberías, porque Él prometió estar contigo HASTA EL FIN DEL MUNDO, Mateo 28:20. Dios no quiere que seamos cristianos llenos de temor, de dolor. Dios quiere que te llenes de su amor a cada instante.

FRUTO DEL ESPÍRITU

¿Es difícil determinar cuándo alguien está borracho? No, todo en él nos dice que se ha rendido al poder del maligno: su manera de caminar, su mirada, su ropa sucia. La embriaguez trae acciones impías. Pero si una persona puede ser controlada por el alcohol, ¿cuánto más puede el Espíritu controlar a una persona que se rinde? Tal como es fácil identificar a un borracho sólo viéndolo al otro lado de la vereda, también es fácil identificar a alguien “lleno del Espíritu” que se deja guiar por el Espíritu.

Las evidencias de estar lleno del Espíritu están seguidas de lo que Pablo nos exhorta “sed llenos”: tu conversación será diferente, Efesios 5:19a. ¿Te puedes imaginar qué increíble sería el mundo si nuestra conversación se asemejara a lo que leemos en los salmos? ¿Cómo puede alguien, lleno del Espíritu, usar lenguaje profano? Cuando estás lleno del Espíritu, tus palabras alientan. Debes caminar en el Espíritu todo el tiempo para no lastimar a las personas que Dios no quiere que hieras, para ser de testimonio a otros y hallar gracia delante de las personas de las que deberías hallar gracia, 1Samuel 2:26, Lucas 2:52.

Tu corazón cambia, Efesios 5:19b: hay armonía y paz en tu corazón. ¿Cómo puede alguien, lleno del Espíritu, tener un corazón lleno de orgullo, celos, envidia, amargura y crítica? Esas son señales de alguien egocéntrico y no de alguien lleno del Espíritu. Es por el Espíritu que recibes poder para decir “te perdono”. Comenzarás a dar gracias a Dios POR TODO, Efesios 5:20. Tu actitud hacia la vida es transformada. Alguien lleno del Espíritu no dice “¿cómo puede Dios tratarme así?” Esas son señales de alguien lleno de sí mismo y no lleno del Espíritu. No importa qué suceda, siempre dirás “gracias”.

Serás siervo, Efesios 5:21. ¡Eso es honrar unos a otros en amor! Tu corazón anhela ayudar a la gente. El Espíritu te lleva al lugar donde dirás “¡Sólo dímelo –yo lo haré!” Estar lleno del Espíritu causa acción. Alguien lleno del Espíritu no dice “¿quién eres tú para decirme lo que yo tengo que hacer?” Esas son señales de alguien lleno de sí mismo y no lleno del Espíritu sino vacío del Espíritu. En todo tiempo querrás servir sincera y humildemente.

La llenura del Espíritu es el poder que afecta todo lo que hagas. Esa presencia divina distingue a uno como hijo de Dios. Nunca has visto el viento, pero has visto sus efectos. El árbol se mece, la bandera ondea, y el barco comienza a moverse. No hay que dudar si tienes al Espíritu cuando ves resultados: El fruto del Espíritu es amor, caridad, gozo, paz, paciencia, tolerancia, benignidad, bondad, fe, fidelidad, mansedumbre, templanza y dominio propio, Gálatas 5:22-23:

• Amor es buscar el bien de la otra persona sin pretender nada a cambio, Juan 13:34, Colosenses 3:14. El Espíritu es la fuente de amor y unidad entre los cristianos.
• El gozo está basado en el conocimiento de Dios y Su Palabra y no en las circunstancias, 1Pedro 1:8.
• La paz de la mente y el corazón está fundada en el conocimiento de que todo está bajo el control de Dios, Romanos 14:9, Filipenses 4:6-7, Efesios 4:3.
• La paciencia consiste en ser lento para la ira o la desesperación, Efesios 4:2, 1Tesalonicenses 5:14.
• La benignidad se refiere a tratar a los demás como deseamos ser tratados, Efesios 4:32.
• Bondad es el aborrecimiento del mal y el celo por la verdad y la justicia, Romanos 12:21.
• Fe es la habilidad de caminar en lo sobrenatural. La fe no se detiene en la lógica, sino que espera en las promesas de Dios, Hebreos 11:1.
• Mansedumbre es la fuerza de voluntad, dada por el Padre, para no dejarnos vencer por las circunstancias ni tampoco afectar nuestro ánimo, Números 12:3. También es ser gentil, Gálatas 6:1.
• Templanza es el dominio de las propias pasiones y deseos, 1Corintios 9:25JOHANNA CASTELLANOS, iLove, pg19-20.
• Justicia y verdad, Efesios 5:9.

El fruto del Espíritu es CARÁCTER: es amar cuando no me siento amado, es tener gozo cuando el mundo me viene encima, tener templanza cuando la tentación te cae como avalancha. Es madurez espiritual: hacer lo que no quiero hacer cuando DEBO hacerlo, y no hacer lo que quiero hacer porque NO debo hacerlo, Juan 21:18. La voluntad de Dios no es que se estanque, sino que siga creciendo en su carácter para dar buen fruto.

Puede estar dando 5% que es buen árbol, porque la Biblia dice que un árbol malo no da buen fruto, Mateo 7:18. TODO cristiano debe distinguirse por tener TODO el fruto del Espíritu, Mateo 7:16a. El fruto del Espíritu es lo que Dios espera ver en nuestras vidas. Tu meta debe ser desarrollar TODO el fruto del Espíritu para que respalden tu vida en áreas que flaqueas, desarrollarlas con disciplina y entregándolas en manos de Dios con fe y oración, Romanos 12:1, 1Corintios 6:19-20.

No es tu fruto, sino DEL ESPÍRITU: Necesitamos al Espíritu para que dé fruto en nuestra vida, porque no podemos producir nada santo apartados del Espíritu. El deseo de satisfacerse sexualmente es de Samir, pero el deseo de agradar a Dios es del Espíritu DENTRO de Samir, Gálatas 5:17. Por nuestra cuenta estamos llenos de todo deseo egocéntrico y egoísta. Sin el Espíritu, nunca llegaremos a ser buenas personas. Cuando Cristo regresó al Padre, Él no esperaba que pudieras vivir la vida cristiana por ti mismo.

LLENO DEL ESPÍRITU

Dios nos ha dado A TODOS los que le hemos recibido abundantemente de su Espíritu, Tito 3:5b-6, 1Corintios 12:13b. Dios no da Su Espíritu por medida, sino que nos lo da SIN MEDIDA si hablamos las palabras de Dios, Juan 3:34, pero debe experimentar a cada instante la llenura del Espíritu para vencer a cada instante la tentación. Hechos 6:5 y 11:24, claramente indica que hay cristianos llenos del Espíritu y cristianos no tan llenos. Sin la llenura diaria, será solamente un religioso sin vida. Efesios 5:18b nos exhorta a ser llenos del Espíritu. Esta obediencia requiere una entrega constante a Dios.

El tiempo presente de la acción “sed lleno” en el griego indica una experiencia continua, no una experiencia de una sola vez, no la llenura de hace cuatro años, sino la llenura de minuto a minuto. Cada mañana, cuando te presentas a Él, Él te vuelve a llenar, 2Corintios 4:16. Es La Voluntad de Dios que seas llenado, Efesios 5:17. Dios QUIERE llenarte, pero depende de ti arrepentirte, es decir, cambiar de actitud e intención hacia todo pecado, y apartarte de todo pecado.

Dios no puede llenar un recipiente que está lleno de sí mismo. Él requiere que te vacíes de ti mismo y del pecado para poder llenarte, es decir, Él requiere de tu rendición, Juan 3:30, 12:24. Por eso la Biblia compara nuestra relación con Dios con un matrimonio, Efesios 5:31-32. El matrimonio es un acto sin egoísmo, de amor y rendición. Te entregas a tu cónyuge, Efesios 5:25, 1Corintios 7:4. Pero, ¿qué pasa cuando vuelves a tomar parte de ti que fue comprometida en matrimonio?

¡No puedes tener eso! ¡Eso es mío!” ¿Y qué si tu cónyuge dice lo mismo? La comunión comenzaría a titubear. Hay sólo una manera de restaurar las relaciones rotas: tienes que ser flexible y ceder. En realidad, tienes que rendirte a una nueva llenura de amor. Una de las razones para que se dé el divorcio es por las mentalidades inflexibles y el falso orgullo, Mateo 19:8. Sólo la rendición completa de parte en parte trae comunión total. Empieza a Ministrar:

Ríndelo todo a sus pies EN TODO TIEMPO. No recojas nada de lo que alguna vez era tuyo: no retomes tus sentimientos, sino ríndelos a Él. No retomes tus pecados; eso afecta tu relación con Él. No es que Él cambia hacia ti, sino que tú cambiaste hacia Él. Te alejas de Él cuando pecas, pero no es algo que una nueva y completa rendición no pueda solucionar. No retomes tu vida, no seas tú el dueño de tus propios pasos, sino deja que Él te dirija, que Él te diga qué hacer. No tomes tus propias decisiones, deja que Él decida por ti.

Deja que Él tome tus pensamientos, tus ganas de pecar, tus afanes en medio de la soledad y el silencio de tu cuarto, en medio de tu rendición, y deja que Él te llene de su paz, de su gozo, de su sonrisa, de su Espíritu. Es como aprender a nadar: si luchas por nadar comienzas a hundirte, y puede que aún te ahogues. Por eso el instructor primero enseña al niño a relajarse y a aprender a flotar. El nadar viene de modo natural cuando no luchas. Después de todo, no es por tu fuerza, Zacarías 4:6.

En la rendición no hay esfuerzo. No tienes que rogar por la llenura, y no requiere un cubo de lágrimas, no requiere sudar sangre. Sólo si estás en gran angustia sudarías sangre; como sea, el resultado es el mismo: la llenura del Espíritu. Ora con tranquilidad pero entrega total. Sométete a Cristo en todo TODOS LOS DÍAS y vivirás en una nueva dimensión del cristianismo: la llenura del Espíritu Santo EN TODO TIEMPO. Un vaciamiento (rendición) en todo tiempo trae una llenura EN TODO TIEMPO. Un vaciamiento total trae una llenura total. Levanta tus manos ante Él, ríndete a Él, deja que Él te llene, abre tu boca y bebe de su Espíritu. Descansa.

DEBER: Hechos 9:21-43, Hechos 10:1-24, Hechos 10:25-48, Hechos 11:1-30, Hechos 12:1-25, Juan 14:1-17, Juan 14:15-31

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